Historia

Historia

Teatro de los Elementos hoy es una compañía teatral, integrada por actores egresados de la Escuela Nacional de Instructores de Teatro (EIA) y el Instituto Superior de Artes (ISA) en el año 1991.Muchos  fueron “descubiertos” a nuestro paso y tomados como “discípulos” durante “el viaje” por las comunidades: Ellos lograron apropiarse de importantes conceptos antropológicos, una praxis teatral aplicada a la transformación comunitaria, modernas técnicas actorales retomadas de las más valerosas escuelas y tendencias; convirtiéndose no solo en “actores” capaces de interpretar diferentes roles escénicos , sino en “gestores culturales” ,que desde la artesanía del teatro, aportan roles transformadores de la vida  de los seres humanos.

La experiencia inicial ocurre en el año 1991, en un barrio periférico de Ciudad Habana nombrado “El Romerillo”, a solo una decena de cuadras de la Universidad de las Artes. Su primer espectáculo fue un performance sobre la convivencia de sus vecinos, todos emigrados desde diferentes sitios del país hacia la periferia de la capital, donde construyeron un “Barrio de Invasión”. Aquí aparece el primer texto teatral, nombrado Tres brujas, una compañía y un barrio con nombre de flor, donde se abordan de manera divertida los acuciantes problemas sociales del improvisado vecindario.

El segundo trabajo, Historias de Jacksonville, trascurre en el año 1992 en la costa sur de la Isla de Pinos (conocida hoy como isla de la juventud).El grupo permanece por cuatro meses habitando un albergue de pescadores frente al mar, recibiendo sus vientos alisios y del terral, el influjo permanente de los astros; en un poblado de campesinos, carboneros y pescadores envuelto en la leyenda .Su aislamiento propicia la creación de un laboratorio comunitario , donde se exploran las posibilidades psicofísicas del actor y el crecimiento de sus potencialidades, mediante rigurosos entrenamientos al aire libre. Todo ello fundamenta además una propuesta cultural integradora, que parte de la investigación social. La creación colectiva se convierte en un instrumento imprescindible en la mayoría de los espectáculos.En esta convivencia el poeta  Norge Espinosa , entonces alumno, propone nombrar al colectivo Teatro de los Elementos, pues aire, agua, tierra y fuego, permitían transitar hacia el redescubrimiento de rituales ancestrales, esencias del hombre como ser originario.

En el año 1993 el escritor Joel James Figarola, director de la Casa del Caribe en la provincia de Santiago de Cuba, invita al colectivo a trabajar con la comunidad de Barrancas, compuesta mayoritariamente por inmigrantes haitianos venidos con sus amos franceses después del estallido de la revolución de Haití. La convivencia con este reducto de afrodesendientes , devolvió la vida al mito de Macandál: Empleando danzas, cantos y rezos en lengua “creole” surge el espectáculo, ”Mackandal Sauve”, un desgarrado canto de homenaje a sus antepasados; donde ellos mismos fueron los actores protagonistas.

El arribo a Cumanayagua en 1995, permitió trabajar en una sala teatral y culminar el nomadismo. En esta etapa se gesta la pieza de creación colectiva Inmigrantes, que marco un hito en la creación, pues permitió trasladar el proceso de investigación y aprendizaje construido durante “el camino” por las comunidades , al escenario de convención italiana.

En 1996 el Ministro de Cultura gestiona el usufructo de una finca , que había sido propiedad de inmigrantes canarios, padres y abuelos del director. Este afincamiento en una zona rural convierte al colectivo en una comunidad estable: construye casas al estilo del campesino, emplea técnicas de agricultura sostenible, explora la energía renovable; todo ello gracias a la colaboración de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre. En esta etapa se construye el anfiteatro de piedras y tres  ranchones tradicionales, donde se representan espectáculos de creación colectiva y de autores cubanos  del repertorio universal; sin dejar de trabajar siempre con miras al rescate y revitalización de los mitos y tradiciones que conforman nuestra memoria rural.

El colectivo acciona esencialmente en zonas montañosas de  la cordillera de Guhamuaya , conocidas como Plan Turquino, comunidades y asentamientos de la pre montaña y en el propio poblado de Cumanayagua; acompañando la vida cultural del municipio y la provincia , oportunidad que le propicia fortalecer su imagen participando en diferentes giras nacionales e internacionales, festivales, adquiriendo protagonismo en múltiples galas y efemérides que marcaron pautas en los diferentes momentos políticos trascendentales de la nación; lo que evidentemente ha prestigiado su desempeño a lo largo de más de una veintena de años.

os” durante “el viaje” por las comunidades: Ellos lograron apropiarse de importantes conceptos antropológicos, una praxis teatral aplicada a la transformación comunitaria, modernas técnicas actorales retomadas de las más valerosas escuelas y tendencias; convirtiéndose no solo en “actores” capaces de interpretar diferentes roles escénicos , sino en “gestores culturales” ,que desde la artesanía del teatro, aportan roles transformadores de la vida  de los seres humanos.

La experiencia inicial ocurre en el año 1991, en un barrio periférico de Ciudad Habana nombrado “El Romerillo”, a solo una decena de cuadras de la Universidad de las Artes. Su primer espectáculo fue un performance sobre la convivencia de sus vecinos, todos emigrados desde diferentes sitios del país hacia la periferia de la capital, donde construyeron un “Barrio de Invasión”. Aquí aparece el primer texto teatral, nombrado Tres brujas, una compañía y un barrio con nombre de flor, donde se abordan de manera divertida los acuciantes problemas sociales del improvisado vecindario.

El segundo trabajo, Historias de Jacksonville, trascurre en el año 1992 en la costa sur de la Isla de Pinos (conocida hoy como isla de la juventud).El grupo permanece por cuatro meses habitando un albergue de pescadores frente al mar, recibiendo sus vientos alisios y del terral, el influjo permanente de los astros; en un poblado de campesinos, carboneros y pescadores envuelto en la leyenda .Su aislamiento propicia la creación de un laboratorio comunitario , donde se exploran las posibilidades psicofísicas del actor y el crecimiento de sus potencialidades, mediante rigurosos entrenamientos al aire libre. Todo ello fundamenta además una propuesta cultural integradora, que parte de la investigación social. La creación colectiva se convierte en un instrumento imprescindible en la mayoría de los espectáculos.En esta convivencia el poeta  Norge Espinosa , entonces alumno, propone nombrar al colectivo Teatro de los Elementos, pues aire, agua, tierra y fuego, permitían transitar hacia el redescubrimiento de rituales ancestrales, esencias del hombre como ser originario.

En el año 1993 el escritor Joel James Figarola, director de la Casa del Caribe en la provincia de Santiago de Cuba, invita al colectivo a trabajar con la comunidad de Barrancas, compuesta mayoritariamente por inmigrantes haitianos venidos con sus amos franceses después del estallido de la revolución de Haití. La convivencia con este reducto de afrodesendientes , devolvió la vida al mito de Macandál: Empleando danzas, cantos y rezos en lengua “creole” surge el espectáculo, ”Mackandal Sauve”, un desgarrado canto de homenaje a sus antepasados; donde ellos mismos fueron los actores protagonistas.

El arribo a Cumanayagua en 1995, permitió trabajar en una sala teatral y culminar el nomadismo. En esta etapa se gesta la pieza de creación colectiva Inmigrantes, que marco un hito en la creación, pues permitió trasladar el proceso de investigación y aprendizaje construido durante “el camino” por las comunidades , al escenario de convención italiana.

En 1996 el Ministro de Cultura gestiona el usufructo de una finca , que había sido propiedad de inmigrantes canarios, padres y abuelos del director. Este afincamiento en una zona rural convierte al colectivo en una comunidad estable: construye casas al estilo del campesino, emplea técnicas de agricultura sostenible, explora la energía renovable; todo ello gracias a la colaboración de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre. En esta etapa se construye el anfiteatro de piedras y tres  ranchones tradicionales, donde se representan espectáculos de creación colectiva y de autores cubanos  del repertorio universal; sin dejar de trabajar siempre con miras al rescate y revitalización de los mitos y tradiciones que conforman nuestra memoria rural.

El colectivo acciona esencialmente en zonas montañosas de  la cordillera de Guhamuaya , conocidas como Plan Turquino, comunidades y asentamientos de la pre montaña y en el propio poblado de Cumanayagua; acompañando la vida cultural del municipio y la provincia , oportunidad que le propicia fortalecer su imagen participando en diferentes giras nacionales e internacionales, festivales, adquiriendo protagonismo en múltiples galas y efemérides que marcaron pautas en los diferentes momentos políticos trascendentales de la nación; lo que evidentemente ha prestigiado su desempeño a lo largo de más de una veintena de años.

apropiarse de importantes conceptos antropológicos, una praxis teatral aplicada a la transformación comunitaria, modernas técnicas actorales retomadas de las mas valerosas escuelas y tendencias; convirtiéndose no solo en “actores” capaces de interpretar diferentes roles escénicos , sino en “gestores culturales” ,que desde la magia y artesanía del teatro, aportaron roles transformadores de vida al recorrido fundacional.

La experiencia inicial ocurre en el año 1991, en un barrio periférico de Ciudad Habana nombrado “El Romerillo”, a solo una decena de cuadras de la Universidad de las Artes. Su primer espectáculo fue un performance sobre la convivencia de sus vecinos, todos emigrados desde diferentes sitios del país hacia la periferia de la capital, donde construyeron un “Barrio de Invasión”. Aquí aparece el primer texto teatral, nombrado Tres brujas, una compañía y un barrio con nombre de flor, donde se abordan de manera divertida los acuciantes problemas sociales del improvisado vecindario.

El segundo trabajo, Historias de Jacksonville, trascurre en el año 1992 en la costa sur de la Isla de Pinos (conocida hoy como isla de la juventud).El grupo permanece por cuatro meses habitando un albergue de pescadores frente al mar, recibiendo sus vientos alisios y del terral, el influjo permanente de los astros; en un poblado de campesinos, carboneros y pescadores envuelto en la leyenda .Su aislamiento propicia la creación de un laboratorio comunitario , donde se exploran las posibilidades psicofísicas del actor y el crecimiento de sus potencialidades, mediante rigurosos entrenamientos al aire libre. Todo ello fundamenta además una propuesta cultural integradora, que parte de la investigación social. La creación colectiva se convierte en un instrumento imprescindible en la mayoría de los espectáculos.En esta convivencia el poeta cubano Norge Espinosa , entonces alumno, propone nombrar al colectivo Teatro de los Elementos, pues aire, agua, tierra y fuego, permitían transitar hacia el redescubrimiento de rituales ancestrales, esencias del hombre como ser originario.

En el año 1993 el escritor Joel James Figarola, director de la Casa del Caribe en la provincia de Santiago de Cuba, invita al colectivo a trabajar con la comunidad de Barrancas, compuesta mayoritariamente por inmigrantes haitianos venidos con sus amos franceses después del estallido de la revolución de Haití. La convivencia con este reducto de afrodesendientes , devolvió la vida al mito de Macandál: Empleando danzas, cantos y rezos en lengua “creole” surge el espectáculo, ”Mackandal Sauve”, un desgarrado canto de homenaje a sus antepasados; donde ellos mismos fueron los actores protagonistas.

El arribo a Cumanayagua en 1995, permitió trabajar en una sala teatral y culminar el nomadismo. En esta etapa se gesta la pieza de creación colectiva Inmigrantes, que marco un hito en la creación, pues permitió trasladar el proceso de investigación y aprendizaje construido durante “el camino” por las comunidades , al escenario de convención italiana.

En 1996 el Ministro de Cultura gestiona el usufructo de una finca , que había sido propiedad de inmigrantes canarios, padres y abuelos del director. Este afincamiento en una zona rural convierte al colectivo en una comunidad estable: construye casas al estilo del campesino, emplea técnicas de agricultura sostenible, explora la energía renovable; todo ello gracias a la colaboración de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre. En esta etapa se construye el anfiteatro de piedras y ranchónes tradicionales, donde se representan espectáculos de creación colectiva y de autores clásicos del repertorio universal y cubano ; sin dejar de trabajar siempre con miras al rescate y revitalización de los mitos y tradiciones que conforman nuestra memoria rural.

El colectivo acciona esencialmente en zonas montañosas de de la cordillera de Guhamuaya , conocidas como Plan Turquino, comunidades y asentamientos de la pre montaña y en el propio poblado de Cumanayagua; acompañando la vida cultural del municipio y la provincia , oportunidad que le propicia fortalecer su imagen participando en diferentes giras nacionales e internacionales, festivales, adquiriendo protagonismo en múltiples galas y efemérides que marcaron pautas en los diferentes momentos políticos trascendentales de la nación; lo que evidentemente ha prestigiado su desempeño a lo largo de más de una veintena de años.